Las preocupaciones arancelarias dominan el sentimiento inflacionario; el impacto de la legislación fiscal en los consumidores aún no se ha manifestado.
Las expectativas de inflación en Estados Unidos para el próximo año aumentan ligeramente al 6.6%, el menor aumento desde las elecciones, mientras que las expectativas de inflación a largo plazo caen al 4.2%, poniendo fin a la serie de aumentos. Los consumidores en general esperan que los aranceles se transmitan a los precios de consumo, y la política comercial influye en la percepción económica. Los proyectos de ley de impuestos y gastos aún no han afectado significativamente la confianza del consumidor.