La flexibilización cuantitativa (QE) es una estrategia monetaria empleada por los bancos centrales para estimular el crecimiento económico. Este enfoque implica inyectar capital en la economía mediante la compra de activos financieros, como bonos del gobierno. Los efectos de la QE incluyen un aumento de la liquidez, tasas de interés más bajas y fomento del endeudamiento y la inversión. Estos factores trabajan en conjunto para impulsar la expansión económica y elevar los mercados de valores 📈

En contraste, la Contracción Cuantitativa (QT) opera bajo el principio opuesto. Los bancos centrales implementan la CQ al vender activos o abstenerse de reinvertir en ellos, reduciendo efectivamente la liquidez en el sistema financiero. Esta acción típicamente conduce a un aumento de las tasas de interés, lo que puede ralentizar las actividades de endeudamiento y potencialmente enfriar tanto las condiciones del mercado como las presiones inflacionarias 📉

Mientras que la QE tiende a impulsar los precios de los activos, beneficiando a los participantes del mercado, la QT generalmente ejerce presión a la baja sobre los precios. Ambas políticas tienen un impacto significativo en las tasas de inflación, los niveles de interés y la actividad económica en general.

La Reserva Federal ha estado implementando una política de QT durante los últimos cuatro años. Sin embargo, se anticipa un cambio hacia QE que comenzará en septiembre, coincidiendo con el inicio de las reducciones de tasas de interés. Este cambio en la estrategia monetaria se considera un desarrollo muy optimista para los mercados financieros 🐂