El Lado Oscuro de los Programas de Embajadores de Web3

He estado en las trincheras de las criptomonedas durante años, y déjame decirte - estos llamados "programas de embajadores" no son los motores de crecimiento rosados que todos hacen que parezcan. Son esquemas piramidales digitales disfrazados de ropa Web3.

Cuando me uní por primera vez como embajador de un importante Layer 1 (no diré nombres), pensé que sería parte de algo revolucionario. En cambio, me encontré vendiendo protocolos a medio cocer a mis amigos y seguidores como si fuera un culto cripto.

¿Evolución? Por favor. Estos programas comenzaron como esfuerzos genuinos de la comunidad, pero ahora son solo esquemas de marketing glorificados. Los primeros días de Dash y los embajadores de Stellar tenían una pasión auténtica. ¿Los embajadores de hoy? Vendedores hambrientos de tokens persiguiendo airdrops.

Lo peor es la fachada de "participación comunitaria". No estamos participando, estamos reclutando. Cada pregunta respondida, cada publicación "educativa" compartida tiene un único objetivo: conseguir más ingenuos que inflen nuestras carteras. ¿Y esos "incentivos"? Tokens ridículos que no valdrán nada en seis meses.

Toma ese programa de Injective del que todos están hablando. Claro, 46,000 billeteras suena impresionante, pero si profundizas, descubrirás que la mayoría están inactivas después de reclamar recompensas. Clásico mecanismo de pump and dump.

Estos programas crean cámaras de eco donde el pensamiento crítico va a morir. Estamos entrenados para desviar preocupaciones legítimas y amplificar logros sin sentido. He visto a equipos ignorar completamente los comentarios de los embajadores a menos que validen sus planes existentes.

¿La dura verdad? La mayoría de los proyectos que utilizan programas de embajadores están compensando por fundamentos débiles. Si tu tecnología realmente fuera revolucionaria, no necesitarías un ejército de guerreros de Twitter defendiendo.

No estoy diciendo que todos los programas sean inútiles, pero la próxima vez que alguien te invite a convertirte en un "embajador de Web3", pregúntate: ¿estoy construyendo el futuro o solo otro embudo de marketing para capitalistas de riesgo?

Esta industria necesita menos embajadores y más constructores.