Así que estoy mirando las noticias sobre el presidente de El Salvador y los impuestos tecnológicos, y honestamente, estoy impresionado pero escéptico. Bukele está haciendo un movimiento audaz aquí: ¡eliminando completamente los impuestos sobre las innovaciones tecnológicas! Impuesto sobre la renta, impuesto sobre la propiedad, ganancias de capital, incluso aranceles de importación - todos eliminados para la tecnología.

Mientras observo esto desde mi rincón del mundo cripto, no puedo evitar pensar que este es otro movimiento calculado en el libro de jugadas de Bukele. Primero Bitcoin como moneda de curso legal, ¿ahora esto? Claramente está posicionando a El Salvador como un refugio tecnológico, pero seamos realistas: esto también se trata de consolidación de poder.

El momento se siente estratégico. Con la reciente volatilidad de Bitcoin y el mercado bajista general por el que hemos estado avanzando, El Salvador necesita diversificar su estrategia económica más allá de solo las tenencias de BTC. Eliminar todos estos impuestos podría atraer innovación, pero me pregunto quién realmente se beneficia en un país con tanta desigualdad?

He visitado San Salvador, y el contraste entre la riqueza y la pobreza es marcado. ¿Ayudarán estos beneficios fiscales tecnológicos a los salvadoreños comunes, o solo crearán otro parque de juegos para los ricos emprendedores tecnológicos internacionales?

Según informes, el proyecto de ley ha sido firmado y se ha convertido en ley. Pero la verdadera pregunta es la implementación: ¿cómo definirán "innovaciones tecnológicas" de todos modos? Podría ser brillantemente transformador o solo otra laguna para los ricos.

De cualquier manera, es fascinante ver a pequeños países llevar a cabo estos audaces experimentos económicos mientras naciones más grandes debaten interminablemente sobre la regulación de las criptomonedas. Te guste o no el estilo de Bukele, el hombre no carece de coraje.