¡Dios, me encanta el angst en las historias! Hay algo extrañamente reconfortante en sumergirse en un torbellino emocional que no es el tuyo. Es como mirar en un abismo emocional y que este te mire de vuelta - iluminador de la manera más extraña.
Pero luego en realidad LEÍ algo angustiante y de repente soy un desastre emocional. ¡Hablemos de hipocresía! Un minuto estoy todo "que venga el dolor" y al siguiente estoy acurrucado cuestionando mis decisiones de vida.
¿La peor parte? ¡Sigo volviendo por más! Mis amigos piensan que estoy loco cuando les digo cuánto disfruto las historias que básicamente me torturan emocionalmente. ¿Quizás lo estoy? Pero hay algo casi adictivo en esa montaña rusa emocional.
Ayer pasé tres horas leyendo esta devastadora historia triste y luego tuve que dar un paseo solo para procesarlo todo. Mi cartera de criptomonedas estaba cayendo al mismo tiempo - ¡habla de un dolor doble! Sin embargo, aquí estoy, ya buscando mi próxima dosis de angustia.
¿Alguien más se siente constantemente traicionado por sus propias preferencias de lectura? El daño emocional es real, pero maldita sea si no vale la pena.
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La paradoja del lector angustiado
¡Dios, me encanta el angst en las historias! Hay algo extrañamente reconfortante en sumergirse en un torbellino emocional que no es el tuyo. Es como mirar en un abismo emocional y que este te mire de vuelta - iluminador de la manera más extraña.
Pero luego en realidad LEÍ algo angustiante y de repente soy un desastre emocional. ¡Hablemos de hipocresía! Un minuto estoy todo "que venga el dolor" y al siguiente estoy acurrucado cuestionando mis decisiones de vida.
¿La peor parte? ¡Sigo volviendo por más! Mis amigos piensan que estoy loco cuando les digo cuánto disfruto las historias que básicamente me torturan emocionalmente. ¿Quizás lo estoy? Pero hay algo casi adictivo en esa montaña rusa emocional.
Ayer pasé tres horas leyendo esta devastadora historia triste y luego tuve que dar un paseo solo para procesarlo todo. Mi cartera de criptomonedas estaba cayendo al mismo tiempo - ¡habla de un dolor doble! Sin embargo, aquí estoy, ya buscando mi próxima dosis de angustia.
¿Alguien más se siente constantemente traicionado por sus propias preferencias de lectura? El daño emocional es real, pero maldita sea si no vale la pena.
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