¿Recuerdas el internet de los 90? Eso era la Web 1.0. Páginas estáticas por todas partes. Los usuarios principalmente solo leían cosas. Sin interacción. Realmente no podías hacer mucho más que consumir lo que otros creaban.
¿Hacer sitios web en ese entonces? No era para todos. Necesitabas habilidades técnicas serias. La persona promedio solo hacía clic y leía. Eso era todo.
Piensa en el antiguo MySpace. Los primeros LiveJournal. CNN.com de alrededor del 2000 parece casi prehistórico ahora. La información viajaba en una sola dirección: de ellos hacia ti. ¿Esas páginas personales de GeoCities con texto parpadeante y fondos terribles? Clásico Web 1.0. Los sitios corporativos eran básicamente folletos digitales. ¿Y quién podría olvidar los primeros directorios de Yahoo!? Simplemente listas tras listas.
Web 2.0: Cuando Todos Se Unieron a la Conversación
Entonces llegó la Web 2.0. Todo cambió. De repente, la web se sentía viva.
Las personas sin conocimientos de programación podían crear cosas. Compartir cosas. Interactuar. Las redes sociales explotaron. Blogs por todas partes. Wikis donde cualquiera podía contribuir. Parece que este cambio reconfiguró fundamentalmente nuestra forma de pensar sobre internet.
¿Páginas estáticas? Se acabó. El contenido dinámico tomó el control. Las páginas que cambiaban y se actualizaban en tiempo real se convirtieron en la norma. Comentarios de usuarios, me gusta, compartidos—no eran solo características, sino el objetivo completo. La web se transformó en este espacio comunitario vibrante. Todos se convirtieron en consumidores y creadores. Es asombroso lo rápido que sucedió.
Web 3.0: La web volviéndose más inteligente... Quizás
Web 3.0 todavía está tomando forma. No está del todo claro en qué se convertirá. Está combinando IA, big data, blockchain, aprendizaje automático, todas esas cosas de vanguardia.
¿La promesa? Más control sobre tus propios datos. Mejor privacidad. Propiedad de tu huella digital. La web semántica podría finalmente hacerse realidad, donde las máquinas entienden la información de manera algo similar a como lo hacemos nosotros.
¿Funcionará? Demasiado pronto para decirlo. Pero definitivamente se está orientando hacia algo más descentralizado. Más empoderador para el usuario. Menos control corporativo.
Estas etiquetas—1.0, 2.0, 3.0—son útiles para entender cómo han evolucionado las cosas. Pero los límites se desdibujan. La web no cambia de la noche a la mañana. Se transforma. Constantemente.
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El Viaje de la Web: Web 1.0, Web 2.0 y Web 3.0
Web 1.0: Días de la Web Estática
¿Recuerdas el internet de los 90? Eso era la Web 1.0. Páginas estáticas por todas partes. Los usuarios principalmente solo leían cosas. Sin interacción. Realmente no podías hacer mucho más que consumir lo que otros creaban.
¿Hacer sitios web en ese entonces? No era para todos. Necesitabas habilidades técnicas serias. La persona promedio solo hacía clic y leía. Eso era todo.
Piensa en el antiguo MySpace. Los primeros LiveJournal. CNN.com de alrededor del 2000 parece casi prehistórico ahora. La información viajaba en una sola dirección: de ellos hacia ti. ¿Esas páginas personales de GeoCities con texto parpadeante y fondos terribles? Clásico Web 1.0. Los sitios corporativos eran básicamente folletos digitales. ¿Y quién podría olvidar los primeros directorios de Yahoo!? Simplemente listas tras listas.
Web 2.0: Cuando Todos Se Unieron a la Conversación
Entonces llegó la Web 2.0. Todo cambió. De repente, la web se sentía viva.
Las personas sin conocimientos de programación podían crear cosas. Compartir cosas. Interactuar. Las redes sociales explotaron. Blogs por todas partes. Wikis donde cualquiera podía contribuir. Parece que este cambio reconfiguró fundamentalmente nuestra forma de pensar sobre internet.
¿Páginas estáticas? Se acabó. El contenido dinámico tomó el control. Las páginas que cambiaban y se actualizaban en tiempo real se convirtieron en la norma. Comentarios de usuarios, me gusta, compartidos—no eran solo características, sino el objetivo completo. La web se transformó en este espacio comunitario vibrante. Todos se convirtieron en consumidores y creadores. Es asombroso lo rápido que sucedió.
Web 3.0: La web volviéndose más inteligente... Quizás
Web 3.0 todavía está tomando forma. No está del todo claro en qué se convertirá. Está combinando IA, big data, blockchain, aprendizaje automático, todas esas cosas de vanguardia.
¿La promesa? Más control sobre tus propios datos. Mejor privacidad. Propiedad de tu huella digital. La web semántica podría finalmente hacerse realidad, donde las máquinas entienden la información de manera algo similar a como lo hacemos nosotros.
¿Funcionará? Demasiado pronto para decirlo. Pero definitivamente se está orientando hacia algo más descentralizado. Más empoderador para el usuario. Menos control corporativo.
Estas etiquetas—1.0, 2.0, 3.0—son útiles para entender cómo han evolucionado las cosas. Pero los límites se desdibujan. La web no cambia de la noche a la mañana. Se transforma. Constantemente.