Zhang Wei, ahora conocido como el propietario del primer Lamborghini de China con la codiciada matrícula Shanghai A00001, a menudo cuenta la historia de su éxito empresarial inicial. Su viaje comenzó con una chispa de inspiración en una feria internacional de comercio.
Durante su visita a la feria, Zhang se topó con un novedoso dispensador de bebidas que vertía las bebidas de una manera hipnotizante, como una fuente. La máquina lo cautivó, a pesar de su elevado precio de 3,800 yuanes, una suma que eclipsaba su salario mensual de 35 yuanes. Sin desanimarse, Zhang emprendió una ambiciosa misión de recaudación de fondos, contactando a amigos y conocidos para asegurar préstamos.
Reconociendo el potencial de esta innovadora máquina, Zhang logró reunir los fondos necesarios. Adquirió el dispensador y reclutó a dos asistentes para ayudar a operarlo. Con su equipo recién comprado a cuestas, Zhang fijó su atención en la playa más popular de Qingdao durante el pico del verano.
La respuesta fue abrumadora. Los bañistas acudieron en masa al dispensador de bebidas único, formando largas colas bajo el sol abrasador. A 1 yuan por taza, la máquina demostró ser una verdadera mina de oro. Zhang se encontró desvelándose hasta altas horas de la noche, contando meticulosamente sus ganancias - un volumen de dinero que nunca antes había encontrado.
El éxito de la empresa continuó sin cesar durante agosto, con multitudes alineándose constantemente para refrescos. Sin embargo, al llegar el 1 de septiembre, marcando el final de la temporada alta de turismo, las multitudes de clientes desaparecieron casi de la noche a la mañana.
Anticipando este cambio, Zhang tomó la decisión de vender el equipo a empresarios locales. Sus asistentes, desconcertados por este movimiento, cuestionaron su juicio. "Jefe, ¿por qué estás vendiendo este ganso de oro?" preguntaron. "¡Podríamos simplemente almacenarlo y usarlo de nuevo el próximo verano para otra ronda rentable!"
La respuesta de Zhang reveló su previsión y perspicacia empresarial. Explicó a su personal perplejo que para el año siguiente, la playa probablemente estaría saturada con numerosos dispensadores de bebidas similares o incluso superiores. La novedad se desvanecería, y los días de las personas haciendo cola por una simple bebida serían cosa del pasado.
Esta experiencia sentó las bases para el futuro éxito de Zhang Wei, enseñándole lecciones valiosas sobre las tendencias del mercado, la innovación y la importancia de mantenerse a la vanguardia en los negocios. Fue este pensamiento astuto el que eventualmente lo llevaría a convertirse en uno de los empresarios más exitosos de China, simbolizado por su propiedad del primer Lamborghini del país.
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Zhang Wei, ahora conocido como el propietario del primer Lamborghini de China con la codiciada matrícula Shanghai A00001, a menudo cuenta la historia de su éxito empresarial inicial. Su viaje comenzó con una chispa de inspiración en una feria internacional de comercio.
Durante su visita a la feria, Zhang se topó con un novedoso dispensador de bebidas que vertía las bebidas de una manera hipnotizante, como una fuente. La máquina lo cautivó, a pesar de su elevado precio de 3,800 yuanes, una suma que eclipsaba su salario mensual de 35 yuanes. Sin desanimarse, Zhang emprendió una ambiciosa misión de recaudación de fondos, contactando a amigos y conocidos para asegurar préstamos.
Reconociendo el potencial de esta innovadora máquina, Zhang logró reunir los fondos necesarios. Adquirió el dispensador y reclutó a dos asistentes para ayudar a operarlo. Con su equipo recién comprado a cuestas, Zhang fijó su atención en la playa más popular de Qingdao durante el pico del verano.
La respuesta fue abrumadora. Los bañistas acudieron en masa al dispensador de bebidas único, formando largas colas bajo el sol abrasador. A 1 yuan por taza, la máquina demostró ser una verdadera mina de oro. Zhang se encontró desvelándose hasta altas horas de la noche, contando meticulosamente sus ganancias - un volumen de dinero que nunca antes había encontrado.
El éxito de la empresa continuó sin cesar durante agosto, con multitudes alineándose constantemente para refrescos. Sin embargo, al llegar el 1 de septiembre, marcando el final de la temporada alta de turismo, las multitudes de clientes desaparecieron casi de la noche a la mañana.
Anticipando este cambio, Zhang tomó la decisión de vender el equipo a empresarios locales. Sus asistentes, desconcertados por este movimiento, cuestionaron su juicio. "Jefe, ¿por qué estás vendiendo este ganso de oro?" preguntaron. "¡Podríamos simplemente almacenarlo y usarlo de nuevo el próximo verano para otra ronda rentable!"
La respuesta de Zhang reveló su previsión y perspicacia empresarial. Explicó a su personal perplejo que para el año siguiente, la playa probablemente estaría saturada con numerosos dispensadores de bebidas similares o incluso superiores. La novedad se desvanecería, y los días de las personas haciendo cola por una simple bebida serían cosa del pasado.
Esta experiencia sentó las bases para el futuro éxito de Zhang Wei, enseñándole lecciones valiosas sobre las tendencias del mercado, la innovación y la importancia de mantenerse a la vanguardia en los negocios. Fue este pensamiento astuto el que eventualmente lo llevaría a convertirse en uno de los empresarios más exitosos de China, simbolizado por su propiedad del primer Lamborghini del país.