Aquí hay algo que llamó la atención recientemente: después de que se implementaron esas recortes de impuestos, el gobierno federal en realidad recaudó casi $200 mil millones MÁS en ingresos de lo esperado. Suena contraintuitivo, ¿verdad? Pero eso es lo que muestran los datos. La lógica es así: tasas más bajas generaron suficiente actividad económica para ampliar significativamente la base impositiva. Ahora, aquí es donde se vuelve interesante para la gente común: con ese aumento inesperado en los ingresos, aparentemente hay margen en el presupuesto para devolver dinero a los ciudadanos. Si eso realmente se materializa en cheques que lleguen a las cuentas bancarias, es otra historia, pero las matemáticas fiscales están creando posibilidades que antes no estaban sobre la mesa. Los mercados tienden a reaccionar cuando los gobiernos de repente tienen dinero extra para gastar.