Si hablamos de la comparación más surrealista en el mundo cripto, sin duda es Dogecoin y Shiba Inu. Ambos usando la imagen de un perro, pero han tomado caminos completamente diferentes.
Aquí están las diferencias:
DOGE es una reliquia de 2013, nacido como una broma—¿quién iba a pensar que una memecoin de perritos atraería a millones? Tiene su propia cadena y usa PoW, las transacciones son rapidísimas y baratísimas, pero eso trae un problema: cada año se crean 5.000 millones de monedas nuevas, siempre hay inflación. Es simple y directo, pero realmente tiene utilidad, tanto Tesla como equipos de la NBA lo aceptan.
SHIB apareció en 2020, presumiendo desde el principio de ser el “Dogecoin killer”, pero con una estrategia totalmente distinta. Es un token ERC-20 que aprovecha el ecosistema de Ethereum, ha creado el exchange ShibaSwap, su propia cadena Layer2 Shibarium, e incluso proyectos de metaverso. Modelo deflacionario, con mecanismo de quema, y una ambición mucho mayor. El coste es un gas fee alto, aunque Shibarium es la solución a eso.
¿Cómo elegir desde el punto de vista inversor?
DOGE = Opción sencilla, ideal para micropagos, la moneda de fe para los fans de Elon.
SHIB = Opción de ecosistema, con mayor potencial DeFi, aquí se apuesta por el desarrollo del ecosistema.
Ambos son activos especulativos de alta volatilidad y riesgo, no esperes lograr la libertad financiera con ellos. El verdadero motor del precio es el calor de la comunidad y el sentimiento del mercado. La elección depende de tu tolerancia al riesgo y tu nivel de fe.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
DOGE vs SHIB: ¿Quién ganará realmente esta "batalla de las memecoins perrunas"?
Si hablamos de la comparación más surrealista en el mundo cripto, sin duda es Dogecoin y Shiba Inu. Ambos usando la imagen de un perro, pero han tomado caminos completamente diferentes.
Aquí están las diferencias:
DOGE es una reliquia de 2013, nacido como una broma—¿quién iba a pensar que una memecoin de perritos atraería a millones? Tiene su propia cadena y usa PoW, las transacciones son rapidísimas y baratísimas, pero eso trae un problema: cada año se crean 5.000 millones de monedas nuevas, siempre hay inflación. Es simple y directo, pero realmente tiene utilidad, tanto Tesla como equipos de la NBA lo aceptan.
SHIB apareció en 2020, presumiendo desde el principio de ser el “Dogecoin killer”, pero con una estrategia totalmente distinta. Es un token ERC-20 que aprovecha el ecosistema de Ethereum, ha creado el exchange ShibaSwap, su propia cadena Layer2 Shibarium, e incluso proyectos de metaverso. Modelo deflacionario, con mecanismo de quema, y una ambición mucho mayor. El coste es un gas fee alto, aunque Shibarium es la solución a eso.
¿Cómo elegir desde el punto de vista inversor?
DOGE = Opción sencilla, ideal para micropagos, la moneda de fe para los fans de Elon.
SHIB = Opción de ecosistema, con mayor potencial DeFi, aquí se apuesta por el desarrollo del ecosistema.
Ambos son activos especulativos de alta volatilidad y riesgo, no esperes lograr la libertad financiera con ellos. El verdadero motor del precio es el calor de la comunidad y el sentimiento del mercado. La elección depende de tu tolerancia al riesgo y tu nivel de fe.