¿Te apetece una revisión de la realidad sobre la asignación de tu cartera? Hablemos de números.
La Configuración: Invierte $1,000 en oro hace una década. Avancemos hasta hoy: tienes aproximadamente $2,360. No está mal, ¿verdad? Eso es una ganancia del 136% en 10 años, promediando un 13.6% anualmente.
Pero aquí está el truco: El S&P 500 hizo un 174% durante el mismo período (17.41% anual), y eso es antes de los dividendos. Así que sí, las acciones todavía superaron al oro.
¿Por qué la diferencia? El oro no genera flujo de efectivo, simplemente… existe. Las acciones generan ganancias, potencial de crecimiento, dividendos. El oro es básicamente una bonita cobertura en la que apuestas que mantendrá su valor cuando todo lo demás colapse.
La verdadera historia: Los rendimientos del oro son salvajes e impredecibles. ¿La década de 1970? Legendaria—promedio anual del 40.2%. ¿La década de 1980-2023? Patética—solo un 4.4% anual. El oro pierde dinero en años estables, luego se dispara durante el caos (2020: +24.43%, 2023: +13.08%).
Por qué los inversores aún lo compran: Es el activo definitivo “cuando SHTF”. ¿Los mercados colapsan? El oro suele subir. ¿La moneda se devalúa? El oro aumenta. No está correlacionado con las acciones, lo que significa diversificación de la cartera.
Chequeo de pronóstico: Los analistas esperan que el oro suba ~10% en 2025, alcanzando potencialmente $3,000/oz.
El veredicto: El oro no está tratando de vencer a las acciones. Es un seguro. No compras un seguro con la esperanza de que te dé grandes beneficios; lo compras para poder dormir tranquilo por la noche cuando el techo se incendia.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Oro vs Acciones: El Enfrentamiento de 10 Años Que Podría Sorprenderte
¿Te apetece una revisión de la realidad sobre la asignación de tu cartera? Hablemos de números.
La Configuración: Invierte $1,000 en oro hace una década. Avancemos hasta hoy: tienes aproximadamente $2,360. No está mal, ¿verdad? Eso es una ganancia del 136% en 10 años, promediando un 13.6% anualmente.
Pero aquí está el truco: El S&P 500 hizo un 174% durante el mismo período (17.41% anual), y eso es antes de los dividendos. Así que sí, las acciones todavía superaron al oro.
¿Por qué la diferencia? El oro no genera flujo de efectivo, simplemente… existe. Las acciones generan ganancias, potencial de crecimiento, dividendos. El oro es básicamente una bonita cobertura en la que apuestas que mantendrá su valor cuando todo lo demás colapse.
La verdadera historia: Los rendimientos del oro son salvajes e impredecibles. ¿La década de 1970? Legendaria—promedio anual del 40.2%. ¿La década de 1980-2023? Patética—solo un 4.4% anual. El oro pierde dinero en años estables, luego se dispara durante el caos (2020: +24.43%, 2023: +13.08%).
Por qué los inversores aún lo compran: Es el activo definitivo “cuando SHTF”. ¿Los mercados colapsan? El oro suele subir. ¿La moneda se devalúa? El oro aumenta. No está correlacionado con las acciones, lo que significa diversificación de la cartera.
Chequeo de pronóstico: Los analistas esperan que el oro suba ~10% en 2025, alcanzando potencialmente $3,000/oz.
El veredicto: El oro no está tratando de vencer a las acciones. Es un seguro. No compras un seguro con la esperanza de que te dé grandes beneficios; lo compras para poder dormir tranquilo por la noche cuando el techo se incendia.