En este mundillo, las historias de hacerse rico de la noche a la mañana abundan, pero los relatos de liquidaciones y lágrimas están aún más presentes. Al final, ganar o perder no depende del gráfico, sino de cómo juegas tus cartas.
Conozco a un colega que entró hace tres meses con 1800U, solo con ganas de probar suerte. ¿Ahora? Tiene 58.000U en la cuenta. Pero lo más increíble no es lo que ha ganado, sino que hasta hoy no ha sufrido ni una sola liquidación.
Cuando vino a pedirme consejo, le solté una verdad como un templo: da por perdido ese dinero desde el principio.
Cogió esos 1800U y los partió en tres, cada parte con su propio propósito. Una es para el día a día, para aprovechar oportunidades rápidas sin encariñarse con la posición. Otra es para esperar emboscado, sin moverse hasta que aparece una gran oportunidad y entonces ataca fuerte. ¿La tercera? Como si la tirara al agua, exclusivamente para cubrirse ante cisnes negros y que nunca se quede a cero de una sola vez.
Demasiada gente va all-in nada más sentarse a la mesa y la primera ola ya les vuelca el barco. Primero hay que aprender a mantenerse en pie antes de hablar de ganar.
Cuando no haya movimiento en el mercado, ni se te ocurra hacer tonterías. La mayor parte del tiempo, el mercado está en lateral y solo desgasta; si insistes en operar entonces, es regalar el dinero. Las verdaderas ventanas de oportunidad apenas se abren una o dos veces al mes, como mucho. Cuando llegue el momento, entra, y si sacas beneficio, asegúrate de guardar primero el capital inicial. Solo lo que está en el bolsillo cuenta de verdad.
El mayor obstáculo siempre es uno mismo. Le hice coger una costumbre: antes de abrir cualquier posición, debe fijarse tres líneas rojas: dónde está el stop loss, cuánto capital retirar tras tomar beneficios y jamás aumentar la posición para cubrir pérdidas. Suena rígido, ¿verdad? Pero si sigue vivo hasta hoy, es precisamente por esa rigidez.
En este mercado, tener un conjunto de reglas que te permita sobrevivir vale más que cualquier otra cosa.
Luz en la noche, paraguas en la lluvia. El camino está bajo nuestros pies, vamos paso a paso.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
En este mundillo, las historias de hacerse rico de la noche a la mañana abundan, pero los relatos de liquidaciones y lágrimas están aún más presentes. Al final, ganar o perder no depende del gráfico, sino de cómo juegas tus cartas.
Conozco a un colega que entró hace tres meses con 1800U, solo con ganas de probar suerte. ¿Ahora? Tiene 58.000U en la cuenta. Pero lo más increíble no es lo que ha ganado, sino que hasta hoy no ha sufrido ni una sola liquidación.
Cuando vino a pedirme consejo, le solté una verdad como un templo: da por perdido ese dinero desde el principio.
Cogió esos 1800U y los partió en tres, cada parte con su propio propósito. Una es para el día a día, para aprovechar oportunidades rápidas sin encariñarse con la posición. Otra es para esperar emboscado, sin moverse hasta que aparece una gran oportunidad y entonces ataca fuerte. ¿La tercera? Como si la tirara al agua, exclusivamente para cubrirse ante cisnes negros y que nunca se quede a cero de una sola vez.
Demasiada gente va all-in nada más sentarse a la mesa y la primera ola ya les vuelca el barco. Primero hay que aprender a mantenerse en pie antes de hablar de ganar.
Cuando no haya movimiento en el mercado, ni se te ocurra hacer tonterías. La mayor parte del tiempo, el mercado está en lateral y solo desgasta; si insistes en operar entonces, es regalar el dinero. Las verdaderas ventanas de oportunidad apenas se abren una o dos veces al mes, como mucho. Cuando llegue el momento, entra, y si sacas beneficio, asegúrate de guardar primero el capital inicial. Solo lo que está en el bolsillo cuenta de verdad.
El mayor obstáculo siempre es uno mismo. Le hice coger una costumbre: antes de abrir cualquier posición, debe fijarse tres líneas rojas: dónde está el stop loss, cuánto capital retirar tras tomar beneficios y jamás aumentar la posición para cubrir pérdidas. Suena rígido, ¿verdad? Pero si sigue vivo hasta hoy, es precisamente por esa rigidez.
En este mercado, tener un conjunto de reglas que te permita sobrevivir vale más que cualquier otra cosa.
Luz en la noche, paraguas en la lluvia. El camino está bajo nuestros pies, vamos paso a paso.