El pasado fin de semana, un antiguo compañero vino a desahogarse conmigo, diciendo que los negocios ya no van bien y que ha oído que en el mundo cripto hay muchas oportunidades, así que quiere probar suerte. Al verle tan ansioso, de repente me acordé de mí mismo hace años, cuando no tenía ni idea de nada y me lancé con unos cuantos miles de euros al sector sin pensarlo dos veces.

En aquel entonces yo también fui así de temerario: sin nadie que me guiara, sin contactos, simplemente tirando de cabezonería en este mundillo. Quién iba a decir que, tras todos estos años, la cifra en mi cuenta crecería hasta un nivel que ni yo mismo me creo.

Comparado con esos amigos que se dedican a negocios tradicionales, mi vida es mucho más sencilla: no tengo que pedir favores, ni asistir a compromisos, ni lidiar con mil y un problemas; cada día solo miro el mercado, me tomo un té y dejo que los beneficios sigan al mercado.

Muchos me preguntan cuál es el secreto. Sinceramente, en este sector no hay atajos para hacerse rico de la noche a la mañana. Tras tantos años, he llegado a una conclusión: tener la mente tranquila es más útil que cualquier indicador técnico. Hoy quiero compartir mis "reglas de supervivencia"; a quien le sirvan, al menos se ahorrará varios años de aprendizaje.

**Primera regla: Sigue al líder, no te creas más listo que nadie**

En el mercado cripto, la posición de las monedas principales es intocable. Son el barómetro de todo el sector: cuando el líder sube, los secundarios tienen oportunidad de aprovechar; si el líder cae, hasta el mejor de los tokens alternativos se va al suelo.

A veces verás algunas altcoins subir con fuerza, pero eso siempre es una fluctuación a corto plazo. Lo que realmente mantiene la estabilidad son esas pocas monedas principales. Por eso mi estrategia de asignación es sencilla: la mayor parte del capital en las monedas principales como base, y una parte pequeña para apostar por alto riesgo y alta rentabilidad.

Después de todos estos años, he visto a demasiada gente arruinarse persiguiendo modas, y también he visto a muchos enriquecerse poco a poco manteniendo las monedas principales. La primera lección que me enseñó el mercado es: no vayas contra la tendencia, seguir la corriente es la clave.