¿Alguna vez te has preguntado si la próxima generación confía más en los algoritmos que en los políticos? Resulta que puede que sí. Una nueva encuesta acaba de arrojar algunos datos sorprendentes: el 41% de los votantes jóvenes está de acuerdo con la idea de dejar que los sistemas de IA gestionen las decisiones gubernamentales.

Piénsalo un segundo. Casi la mitad de los jóvenes encuestados preferiría ver modelos de aprendizaje automático analizando opciones de políticas antes que los procesos burocráticos tradicionales. Si esto se debe a un optimismo sobre la eficiencia tecnológica o a la pura frustración con los sistemas actuales, es algo que nadie puede asegurar.

Este cambio de actitud podría transformar por completo nuestra manera de pensar sobre la gobernanza. Ya hemos visto protocolos blockchain experimentando con la toma de decisiones automatizada a través de smart contracts. ¿Podrían las operaciones gubernamentales seguir un camino similar? Los datos sugieren que, al menos, los grupos demográficos más jóvenes están abiertos a explorar ese horizonte.

Por supuesto, el diablo está en los detalles. ¿Qué decisiones? ¿Qué salvaguardas? ¿Cómo se audita el razonamiento de una IA? Pero la mera disposición a considerar una gobernanza algorítmica ya supone un giro cultural bastante importante. Las instituciones tradicionales deberían prestar atención a la dirección que toma esta tendencia.