La presión a la baja del yen japonés es difícil de detener, el aumento de tasas de interés de diciembre por parte del banco central será clave — ¿Podrá la estímulo económico de 21 billones de yenes invertir la situación?
Japón lanza el mayor paquete de estímulo en años, surgen preocupaciones en el mercado
A mediados de noviembre, el gobierno japonés anunció un plan de apoyo económico por un valor de hasta 21.3 billones de yenes, la mayor inversión fiscal adicional desde la pandemia. El plan se divide en dos enfoques principales: la mayor parte del gasto, 11.7 billones de yenes, se destinará a aliviar la presión sobre los precios, mientras que los fondos restantes se invertirán en el desarrollo de industrias estratégicas y construcción de infraestructura.
Las fuentes de financiamiento incluyen dos partes: en primer lugar, los ingresos fiscales aumentados en un entorno de inflación, y en segundo lugar, la emisión adicional de bonos gubernamentales. Según el calendario del gobierno japonés, el presupuesto complementario podría obtener la aprobación del gabinete a finales de noviembre, y se espera que pase por el parlamento antes de fin de año.
Reacción violenta del mercado de bonos, el yen cae a niveles de diez años
La noticia de un estímulo fiscal a gran escala provocó una reacción en cadena en el mercado. El 20 de noviembre, el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 10 años se disparó hasta el 1.842%, el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008. Al mismo tiempo, el tipo de cambio del yen frente al dólar cayó a 157.89, alcanzando su nivel más bajo en casi diez meses, con una caída cada vez más agresiva.
¿Qué refleja esta serie de datos? Por un lado, la fuerte volatilidad en el mercado de bonos sugiere preocupaciones de los inversores sobre la sostenibilidad de la deuda a largo plazo de Japón; por otro lado, la depreciación continua del yen está impulsando al alza los precios de los bienes importados, lo que agrava aún más la presión inflacionaria interna.
Cambio en la postura del banco central: aumento de las voces a favor de subir las tasas
El gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, expresó recientemente que la debilidad del yen es una espada de doble filo: aunque a corto plazo favorece las exportaciones, a largo plazo, el aumento en los costos de los bienes importados se traslada al consumo, y tanto las empresas como los consumidores tienden a exigir mayores precios y salarios, ampliando así las expectativas de inflación.
Él enfatizó que el efecto de transmisión del tipo de cambio sobre los precios se está volviendo cada vez más directo, y que el banco central no puede quedarse de brazos cruzados. Esta declaración prácticamente anuncia que en la reunión de política de diciembre, el banco central podría inclinarse por subir las tasas —aumentando las tasas de interés para atraer flujos de capital internacionales y respaldar al yen.
La barrera de los 160: ¿cómo ven los diferentes actores del mercado?
El mercado está atento a la barrera psicológica de los 160, ya que las autoridades japonesas han intervenido varias veces en esa zona. La opinión del estratega de divisas del National Australia Bank, Rodrigo Catril, es representativa: los datos históricos de intervención muestran que los efectos de las intervenciones de mercado son limitados, y que mientras no haya políticas de ajuste fiscal complementarias, todavía existen oportunidades para apostar en contra del yen.
Su predicción es que, si el banco central efectivamente sube las tasas en diciembre, el dólar frente al yen podría volver por debajo de 150; por el contrario, una ruptura de los 160 sería solo cuestión de tiempo. En otras palabras, el rumbo futuro del yen está en manos de las decisiones del banco central.
Perspectivas del tipo de cambio en Japón: las señales de política serán decisivas
En general, Japón enfrenta un dilema: la economía necesita estímulos, pero las finanzas públicas ya están al límite; el yen necesita soporte, pero el aumento de las tasas impactaría en los costos de la deuda. Aunque el plan de 21 billones de yenes puede aliviar las dificultades a corto plazo, la verdadera solución a la depreciación del yen dependerá de las acciones de política del banco central. La reunión de diciembre y el posible aumento de tasas serán decisivos para el tipo de cambio del yen.
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La presión a la baja del yen japonés es difícil de detener, el aumento de tasas de interés de diciembre por parte del banco central será clave — ¿Podrá la estímulo económico de 21 billones de yenes invertir la situación?
Japón lanza el mayor paquete de estímulo en años, surgen preocupaciones en el mercado
A mediados de noviembre, el gobierno japonés anunció un plan de apoyo económico por un valor de hasta 21.3 billones de yenes, la mayor inversión fiscal adicional desde la pandemia. El plan se divide en dos enfoques principales: la mayor parte del gasto, 11.7 billones de yenes, se destinará a aliviar la presión sobre los precios, mientras que los fondos restantes se invertirán en el desarrollo de industrias estratégicas y construcción de infraestructura.
Las fuentes de financiamiento incluyen dos partes: en primer lugar, los ingresos fiscales aumentados en un entorno de inflación, y en segundo lugar, la emisión adicional de bonos gubernamentales. Según el calendario del gobierno japonés, el presupuesto complementario podría obtener la aprobación del gabinete a finales de noviembre, y se espera que pase por el parlamento antes de fin de año.
Reacción violenta del mercado de bonos, el yen cae a niveles de diez años
La noticia de un estímulo fiscal a gran escala provocó una reacción en cadena en el mercado. El 20 de noviembre, el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 10 años se disparó hasta el 1.842%, el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008. Al mismo tiempo, el tipo de cambio del yen frente al dólar cayó a 157.89, alcanzando su nivel más bajo en casi diez meses, con una caída cada vez más agresiva.
¿Qué refleja esta serie de datos? Por un lado, la fuerte volatilidad en el mercado de bonos sugiere preocupaciones de los inversores sobre la sostenibilidad de la deuda a largo plazo de Japón; por otro lado, la depreciación continua del yen está impulsando al alza los precios de los bienes importados, lo que agrava aún más la presión inflacionaria interna.
Cambio en la postura del banco central: aumento de las voces a favor de subir las tasas
El gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, expresó recientemente que la debilidad del yen es una espada de doble filo: aunque a corto plazo favorece las exportaciones, a largo plazo, el aumento en los costos de los bienes importados se traslada al consumo, y tanto las empresas como los consumidores tienden a exigir mayores precios y salarios, ampliando así las expectativas de inflación.
Él enfatizó que el efecto de transmisión del tipo de cambio sobre los precios se está volviendo cada vez más directo, y que el banco central no puede quedarse de brazos cruzados. Esta declaración prácticamente anuncia que en la reunión de política de diciembre, el banco central podría inclinarse por subir las tasas —aumentando las tasas de interés para atraer flujos de capital internacionales y respaldar al yen.
La barrera de los 160: ¿cómo ven los diferentes actores del mercado?
El mercado está atento a la barrera psicológica de los 160, ya que las autoridades japonesas han intervenido varias veces en esa zona. La opinión del estratega de divisas del National Australia Bank, Rodrigo Catril, es representativa: los datos históricos de intervención muestran que los efectos de las intervenciones de mercado son limitados, y que mientras no haya políticas de ajuste fiscal complementarias, todavía existen oportunidades para apostar en contra del yen.
Su predicción es que, si el banco central efectivamente sube las tasas en diciembre, el dólar frente al yen podría volver por debajo de 150; por el contrario, una ruptura de los 160 sería solo cuestión de tiempo. En otras palabras, el rumbo futuro del yen está en manos de las decisiones del banco central.
Perspectivas del tipo de cambio en Japón: las señales de política serán decisivas
En general, Japón enfrenta un dilema: la economía necesita estímulos, pero las finanzas públicas ya están al límite; el yen necesita soporte, pero el aumento de las tasas impactaría en los costos de la deuda. Aunque el plan de 21 billones de yenes puede aliviar las dificultades a corto plazo, la verdadera solución a la depreciación del yen dependerá de las acciones de política del banco central. La reunión de diciembre y el posible aumento de tasas serán decisivos para el tipo de cambio del yen.