El oro en 2025 experimentó movimientos excepcionales, atravesando la barrera de 4300 dólares en octubre antes de retroceder a niveles de 4000 dólares. Sin embargo, esta volatilidad planteó una pregunta crucial: ¿puede el oro alcanzar los 5000 dólares en 2026? La respuesta depende de un equilibrio complejo entre ocho factores clave que rigen el mercado del metal precioso.
Las fuerzas de la demanda aumentan de forma sin precedentes
La demanda de oro nunca había alcanzado niveles similares. Solo en el primer trimestre de 2025, la demanda total fue de 1206 toneladas, el nivel más alto desde 2016 para un primer trimestre, con un aumento del 38% en los precios. Solo los fondos cotizados en bolsa de oro acumularon 3838 toneladas, muy cerca del máximo histórico de 3929 toneladas.
Lo que resulta interesante es que los inversores minoristas han vuelto con fuerza al mercado. Los datos muestran que aproximadamente el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados añadieron oro a sus carteras por primera vez, manteniendo sus posiciones incluso durante períodos de corrección, lo que indica un cambio estratégico en su percepción del metal, pasando de una especulación a corto plazo a una inversión a largo plazo.
Los bancos centrales compiten por el oro
El porcentaje de bancos centrales que mantienen reservas en oro aumentó del 37% en 2024 al 44% actual. Lo notable es que solo China añadió más de 65 toneladas en la primera mitad de 2025, continuando su expansión por el vigésimo segundo mes consecutivo. Turquía e India siguen con una expansión similar, reflejando una estrategia para reducir la dependencia del dólar estadounidense.
Este patrón no indica una pausa próxima. El Consejo Mundial del Oro prevé que las compras de los bancos centrales seguirán siendo el principal motor del apoyo a la demanda hasta finales de 2026, especialmente en mercados emergentes.
La ley de oferta y demanda
Las minas producen con eficiencia relativa, pero no pueden mantener el ritmo de la demanda acelerada. La producción alcanzó las 856 toneladas en el primer trimestre de 2025, con un aumento marginal del 1% interanual. El verdadero problema es la caída del 1% en el oro reciclado, ya que los individuos prefieren mantener sus posesiones ante las expectativas de aumento de precios.
La situación se agrava por el aumento en los costos de minería. El costo medio de extracción global alcanzó los 1470 dólares por onza a mediados de 2025, el nivel más alto en una década. Esto significa que cualquier expansión en la producción será costosa y lenta.
La Reserva Federal se acerca a más recortes
La Reserva Federal de EE. UU. ha reducido las tasas de interés dos veces en 2025, y el mercado ya contempla un tercer recorte en diciembre. Las expectativas de BlackRock sugieren que la Fed podría apuntar a una tasa del 3.4% para finales de 2026 en un escenario moderado.
Cada recorte implica menores rendimientos reales en los bonos, lo que reduce el costo de oportunidad del oro como activo que no genera intereses. Es un razonamiento simple pero muy poderoso.
Otros bancos centrales también se mueven
Las políticas monetarias acomodaticias no se limitan a EE. UU. El Banco Central Europeo ha relajado gradualmente su postura restrictiva, y el Banco de Japón mantiene su política expansiva. Esta sincronización en las políticas globales crea un entorno ideal para el alza del oro.
Deuda, inflación y riesgos geopolíticos
La deuda pública mundial superó el 100% del PIB, generando preocupaciones sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas no disminuyen. Informes de Reuters indican que la incertidumbre geopolítica en 2025 elevó la demanda de oro en un 7% interanual.
Todos estos factores impulsan a los inversores hacia refugios seguros. El 42% de los grandes fondos de cobertura aumentaron sus posiciones en oro durante el tercer trimestre de 2025.
El dólar y los bonos se debilitan juntos
El índice del dólar ha caído aproximadamente un 7.64% desde su pico a principios de año. Los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años bajaron del 4.6% en el primer trimestre al 4.07% en noviembre. Esta doble caída es ideal para el oro.
Análisis técnico: neutralidad antes de la próxima ola
El 21 de noviembre de 2025, el oro cerró en 4065 dólares por onza. El precio mantiene la línea de tendencia alcista principal en torno a 4050 dólares, con un soporte fuerte en 4000 dólares. El RSI se estabilizó en 50, reflejando una neutralidad total en el mercado.
El MACD aún indica una tendencia alcista general, y la proyección técnica es que siga negociándose en un rango entre 4000 y 4220 dólares a corto plazo, manteniendo la perspectiva positiva mientras el precio permanezca por encima de la línea de tendencia principal.
Las previsiones de los grandes bancos apuntan a una trayectoria claramente alcista
Los principales bancos de inversión coinciden de manera sorprendente en sus previsiones para 2026:
HSBC: espera que el oro alcance los 5000 dólares en la primera mitad de 2026, con un promedio de 4600 dólares para el año.
Bank of America: ha elevado su previsión a 5000 dólares como máximo potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advierte sobre una posible corrección corta si los inversores toman beneficios.
Goldman Sachs: ajustó su previsión a 4900 dólares por onza, señalando flujos más fuertes hacia fondos de oro cotizados y compras continuas de bancos centrales.
J.P. Morgan: prevé que el oro llegue a aproximadamente 5055 dólares a mediados de 2026.
El rango más repetido entre analistas oscila entre 4800 y 5000 dólares como máximo, con un promedio entre 4200 y 4800 dólares.
Riesgos: toma de beneficios y correcciones potenciales
No todas las previsiones son igualmente optimistas. HSBC advierte de una posible corrección hacia los 4200 dólares en la segunda mitad de 2026 si los inversores comienzan a tomar beneficios. Goldman Sachs señala que podría probarse la “credibilidad del precio” si el oro supera los 4800 dólares.
Pero J.P. Morgan y Deutsche Bank sugieren que el oro ha entrado en una nueva zona de precios difícil de romper a la baja, gracias a la transformación estratégica en la percepción de los inversores.
Escenarios en Oriente Medio
En Egipto, las previsiones indican que el precio podría llegar a aproximadamente 522,580 libras egipcias por onza, un aumento de casi el 158%. En Arabia Saudita, si el oro alcanza los 5000 dólares, eso podría traducirse en unos 18750-19000 riales saudíes por onza. En Emiratos, podría llegar a unos 18375-19000 dirhams.
Conclusión: ¿bajará el oro o seguirá subiendo?
Los datos apuntan con fuerza a una continuación del rally. Los factores de apoyo son mucho más fuertes que los de resistencia: demanda récord, compras continuas de bancos centrales, oferta limitada, políticas monetarias acomodaticias, dólar débil y deuda global en aumento.
Es posible que ocurra una corrección, pero más bien será una oportunidad de compra que el fin de la tendencia alcista. Si las rentabilidades reales siguen bajando y el dólar permanece débil, el oro tiene muchas probabilidades de registrar nuevos máximos históricos en 2026. Si la inflación desaparece de repente y la confianza en los mercados se restablece, la dinámica puede cambiar, aunque esto parece menos probable según los datos actuales.
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¿Se dirigen los precios del oro hacia niveles históricos en 2026?
El oro en 2025 experimentó movimientos excepcionales, atravesando la barrera de 4300 dólares en octubre antes de retroceder a niveles de 4000 dólares. Sin embargo, esta volatilidad planteó una pregunta crucial: ¿puede el oro alcanzar los 5000 dólares en 2026? La respuesta depende de un equilibrio complejo entre ocho factores clave que rigen el mercado del metal precioso.
Las fuerzas de la demanda aumentan de forma sin precedentes
La demanda de oro nunca había alcanzado niveles similares. Solo en el primer trimestre de 2025, la demanda total fue de 1206 toneladas, el nivel más alto desde 2016 para un primer trimestre, con un aumento del 38% en los precios. Solo los fondos cotizados en bolsa de oro acumularon 3838 toneladas, muy cerca del máximo histórico de 3929 toneladas.
Lo que resulta interesante es que los inversores minoristas han vuelto con fuerza al mercado. Los datos muestran que aproximadamente el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados añadieron oro a sus carteras por primera vez, manteniendo sus posiciones incluso durante períodos de corrección, lo que indica un cambio estratégico en su percepción del metal, pasando de una especulación a corto plazo a una inversión a largo plazo.
Los bancos centrales compiten por el oro
El porcentaje de bancos centrales que mantienen reservas en oro aumentó del 37% en 2024 al 44% actual. Lo notable es que solo China añadió más de 65 toneladas en la primera mitad de 2025, continuando su expansión por el vigésimo segundo mes consecutivo. Turquía e India siguen con una expansión similar, reflejando una estrategia para reducir la dependencia del dólar estadounidense.
Este patrón no indica una pausa próxima. El Consejo Mundial del Oro prevé que las compras de los bancos centrales seguirán siendo el principal motor del apoyo a la demanda hasta finales de 2026, especialmente en mercados emergentes.
La ley de oferta y demanda
Las minas producen con eficiencia relativa, pero no pueden mantener el ritmo de la demanda acelerada. La producción alcanzó las 856 toneladas en el primer trimestre de 2025, con un aumento marginal del 1% interanual. El verdadero problema es la caída del 1% en el oro reciclado, ya que los individuos prefieren mantener sus posesiones ante las expectativas de aumento de precios.
La situación se agrava por el aumento en los costos de minería. El costo medio de extracción global alcanzó los 1470 dólares por onza a mediados de 2025, el nivel más alto en una década. Esto significa que cualquier expansión en la producción será costosa y lenta.
La Reserva Federal se acerca a más recortes
La Reserva Federal de EE. UU. ha reducido las tasas de interés dos veces en 2025, y el mercado ya contempla un tercer recorte en diciembre. Las expectativas de BlackRock sugieren que la Fed podría apuntar a una tasa del 3.4% para finales de 2026 en un escenario moderado.
Cada recorte implica menores rendimientos reales en los bonos, lo que reduce el costo de oportunidad del oro como activo que no genera intereses. Es un razonamiento simple pero muy poderoso.
Otros bancos centrales también se mueven
Las políticas monetarias acomodaticias no se limitan a EE. UU. El Banco Central Europeo ha relajado gradualmente su postura restrictiva, y el Banco de Japón mantiene su política expansiva. Esta sincronización en las políticas globales crea un entorno ideal para el alza del oro.
Deuda, inflación y riesgos geopolíticos
La deuda pública mundial superó el 100% del PIB, generando preocupaciones sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas no disminuyen. Informes de Reuters indican que la incertidumbre geopolítica en 2025 elevó la demanda de oro en un 7% interanual.
Todos estos factores impulsan a los inversores hacia refugios seguros. El 42% de los grandes fondos de cobertura aumentaron sus posiciones en oro durante el tercer trimestre de 2025.
El dólar y los bonos se debilitan juntos
El índice del dólar ha caído aproximadamente un 7.64% desde su pico a principios de año. Los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años bajaron del 4.6% en el primer trimestre al 4.07% en noviembre. Esta doble caída es ideal para el oro.
Análisis técnico: neutralidad antes de la próxima ola
El 21 de noviembre de 2025, el oro cerró en 4065 dólares por onza. El precio mantiene la línea de tendencia alcista principal en torno a 4050 dólares, con un soporte fuerte en 4000 dólares. El RSI se estabilizó en 50, reflejando una neutralidad total en el mercado.
El MACD aún indica una tendencia alcista general, y la proyección técnica es que siga negociándose en un rango entre 4000 y 4220 dólares a corto plazo, manteniendo la perspectiva positiva mientras el precio permanezca por encima de la línea de tendencia principal.
Las previsiones de los grandes bancos apuntan a una trayectoria claramente alcista
Los principales bancos de inversión coinciden de manera sorprendente en sus previsiones para 2026:
HSBC: espera que el oro alcance los 5000 dólares en la primera mitad de 2026, con un promedio de 4600 dólares para el año.
Bank of America: ha elevado su previsión a 5000 dólares como máximo potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advierte sobre una posible corrección corta si los inversores toman beneficios.
Goldman Sachs: ajustó su previsión a 4900 dólares por onza, señalando flujos más fuertes hacia fondos de oro cotizados y compras continuas de bancos centrales.
J.P. Morgan: prevé que el oro llegue a aproximadamente 5055 dólares a mediados de 2026.
El rango más repetido entre analistas oscila entre 4800 y 5000 dólares como máximo, con un promedio entre 4200 y 4800 dólares.
Riesgos: toma de beneficios y correcciones potenciales
No todas las previsiones son igualmente optimistas. HSBC advierte de una posible corrección hacia los 4200 dólares en la segunda mitad de 2026 si los inversores comienzan a tomar beneficios. Goldman Sachs señala que podría probarse la “credibilidad del precio” si el oro supera los 4800 dólares.
Pero J.P. Morgan y Deutsche Bank sugieren que el oro ha entrado en una nueva zona de precios difícil de romper a la baja, gracias a la transformación estratégica en la percepción de los inversores.
Escenarios en Oriente Medio
En Egipto, las previsiones indican que el precio podría llegar a aproximadamente 522,580 libras egipcias por onza, un aumento de casi el 158%. En Arabia Saudita, si el oro alcanza los 5000 dólares, eso podría traducirse en unos 18750-19000 riales saudíes por onza. En Emiratos, podría llegar a unos 18375-19000 dirhams.
Conclusión: ¿bajará el oro o seguirá subiendo?
Los datos apuntan con fuerza a una continuación del rally. Los factores de apoyo son mucho más fuertes que los de resistencia: demanda récord, compras continuas de bancos centrales, oferta limitada, políticas monetarias acomodaticias, dólar débil y deuda global en aumento.
Es posible que ocurra una corrección, pero más bien será una oportunidad de compra que el fin de la tendencia alcista. Si las rentabilidades reales siguen bajando y el dólar permanece débil, el oro tiene muchas probabilidades de registrar nuevos máximos históricos en 2026. Si la inflación desaparece de repente y la confianza en los mercados se restablece, la dinámica puede cambiar, aunque esto parece menos probable según los datos actuales.