La confianza del consumidor sufrió otro golpe a medida que la inflación continúa afectando las finanzas de los hogares. Según una encuesta de la Universidad de Michigan de diciembre, aproximadamente el 46% de los estadounidenses citan los precios elevados como el principal culpable de sus dificultades financieras, alcanzando niveles cercanos a los récords en los 50 años de historia de la encuesta. Este sentimiento refleja preocupaciones más profundas sobre el poder adquisitivo y las presiones del costo de vida en toda la economía. Cuando las finanzas de los consumidores se ajustan, el gasto discrecional generalmente se contrae, lo que tiene implicaciones más amplias para los mercados de activos y los ciclos económicos.