A medida que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insinuado en varias ocasiones que ya ha decidido el candidato para la presidencia de la Reserva Federal en 2026, el actual director del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, se perfila como el candidato “dovish” más destacado, y su orientación política está despertando una fuerte atención en el mercado cripto. Los analistas señalan que, si Hassett reemplaza al actual presidente Jerome Powell, esto supondría un giro de la Reserva Federal desde una postura de “prudente lucha contra la inflación” hacia una de “fuerte estímulo del crecimiento”, lo que podría desencadenar un ciclo de bajadas de tipos más rápido, una mayor liquidez global y un dólar más débil. La historia demuestra que estos tres factores han sido motores macroeconómicos clave para el alza de los criptoactivos, especialmente Bitcoin y Ethereum. Aunque este cambio podría ir acompañado de preocupaciones sobre la independencia del banco central, el mercado lo percibe en general como uno de los catalizadores potenciales más importantes para el mercado cripto en 2026.
Enfoque en el candidato: ¿Por qué Hassett es visto como “amigo de las criptomonedas”?
En medio de las intensas especulaciones de personal en Washington, el nombre de Kevin Hassett aparece cada vez con más frecuencia vinculado al puesto más alto de la Reserva Federal. No es una mera casualidad: las recientes insinuaciones del presidente Trump sobre que “ya ha tomado una decisión”, sumadas a la posición central de Hassett en el equipo económico de la Casa Blanca, le convierten en el principal candidato para suceder a Powell, cuyo mandato expira en mayo de 2026. Para el mercado cripto, entender la filosofía económica de Hassett es clave para anticipar la futura política monetaria.
A diferencia de Powell, quien posee una sólida experiencia en banca central y se define por un enfoque basado en datos y una fuerte independencia, Hassett es un economista típico de la “oferta”. Su carrera se ha centrado en abogar por políticas de estímulo al crecimiento, incluyendo recortes de impuestos y condiciones financieras más laxas. Este trasfondo determina su inclinación política: frente a la extrema cautela de Powell ante los riesgos inflacionarios y su enfoque pausado y meticuloso, Hassett ha declarado abiertamente que, si dirigiera la Reserva Federal, “bajaría los tipos ahora mismo”. Esta clara postura “dovish” coincide plenamente con la intención política del gobierno de Trump de relajar la política monetaria con mayor rapidez y contundencia para estimular la economía y los precios de los activos.
El mercado interpreta la posible llegada de Hassett como una señal clara: el foco de la Reserva Federal se desplazaría de la “estabilidad de precios” hacia un “crecimiento económico” mucho más marcado. Este giro implicaría, a partir de 2026, la posibilidad de un ciclo de bajadas de tipos más rápido y profundo. Para todos los activos de riesgo altamente sensibles a la liquidez, especialmente los criptoactivos, esto supone sin duda un cambio fundamentalmente positivo en el diseño de la política macroeconómica.
Comparativa de políticas: del “ancla” de Powell a la “vela” de Hassett
La mejor forma de cuantificar el posible cambio que supondría Hassett es compararlo con el actual presidente, Jerome Powell. Bajo el liderazgo de Powell, la Reserva Federal ha mantenido una imagen prudente centrada en la “estabilidad de precios a largo plazo” para afrontar la inflación en la era pospandemia. Incluso cuando los datos económicos y el mercado laboral mostraban signos de enfriamiento, Powell priorizaba asegurarse de que la inflación estuviese completamente controlada, manteniendo pasos de relajación previsibles y graduales. Este estilo de “estado estable” actúa como un “ancla” en un gran buque, aportando estabilidad en medio de las tormentas del mercado, pero también limitando la velocidad y la magnitud del rally de los precios de los activos en épocas de abundante liquidez.
Un mandato de Hassett en la Reserva Federal supondría un estilo radicalmente distinto. Su marco político se asemeja más a una “vela” hinchada por el viento, orientada a maximizar el uso de las herramientas monetarias para impulsar el crecimiento económico y el valor de los activos. Las consecuencias directas pueden observarse en tres áreas: primero, un ritmo más acelerado de bajadas de tipos. Se espera que una Fed liderada por Hassett reaccione con mayor fuerza a los datos de crecimiento y menos a los coletazos inflacionarios, adelantando y ampliando la relajación monetaria. Segundo, un dólar más débil. Las políticas expansivas más agresivas suelen traducirse en una depreciación de la moneda local, y los datos históricos muestran que los ciclos de debilidad del dólar están fuertemente correlacionados con los ciclos alcistas de activos como Bitcoin. Tercero, una expansión de la liquidez global. Como referencia para los bancos centrales de todo el mundo, una Fed acelerando la “impresión de dinero” tiende a relajar el entorno de liquidez a nivel global.
Este cambio tiene un efecto directo en la reducción de los tipos de interés reales (ajustados por inflación). Cuando la rentabilidad de mantener efectivo o bonos cae, el incentivo de los inversores para buscar activos de mayor rendimiento aumenta drásticamente. Bitcoin y Ethereum, debido a su carácter no soberano, suministro limitado y su percepción como “oro digital/petróleo digital”, suelen ser los principales beneficiados por estos flujos de capital.
Comparativa de posibles trayectorias políticas entre Hassett y Powell
Filosofía política:
Hassett: Orientación a la economía de oferta, partidario de usar activamente la política monetaria para estimular el crecimiento, claramente dovish.
Powell: Basado en datos, prioriza la estabilidad de precios, hace hincapié en la independencia de la política y el gradualismo.
Actitud ante los tipos de interés:
Hassett: Ha declarado abiertamente que “bajaría los tipos ahora mismo”, abogando por un ciclo de relajación más rápido y agresivo.
Powell: Mantiene un enfoque cauteloso y predecible en la bajada de tipos, tomando los datos de inflación como referencia clave.
Potencial impacto en el mercado:
Hassett: Podría debilitar el dólar, expandir rápidamente la liquidez global y ser muy favorable para los activos de riesgo.
Powell: Ofrece previsibilidad política y menor volatilidad de mercado, pero el ritmo de inyección de liquidez es más lento.
Significado para el mercado cripto:
Hassett: Se percibe como un importante viento de cola macroeconómico, capaz de catalizar directamente un nuevo mercado alcista en cripto.
Powell: Brinda un entorno macroeconómico estable, pero el crecimiento depende más de los fundamentos propios del sector.
Proyección de mercado: ¿cómo llegará la marea de liquidez al ecosistema cripto?
Si Hassett asume el cargo en 2026 y aplica su agenda dovish, ¿cómo responderá el mercado cripto? El impacto será multinivel y expansivo. Los primeros en beneficiarse serían Bitcoin y Ethereum. Como “blue chips” del mercado cripto y principales activos macro, son los más sensibles a los cambios en los tipos reales y el índice del dólar. Un entorno monetario más laxo incrementa directamente su atractivo como reserva de valor y refugio contra la inflación, y es previsible un aumento masivo en la demanda de asignación institucional a través de vehículos regulados como los ETF al contado.
En segundo lugar, las altcoins y el ecosistema DeFi también saldrían favorecidos. Cuando el coste del crédito baja y la tolerancia al riesgo aumenta, el capital no se queda únicamente en los activos líderes. Parte de los fondos en busca de mayores retornos (alfa) rotarán naturalmente hacia las finanzas descentralizadas, soluciones Layer 2 y proyectos de tokens emergentes. Esto no solo impulsará los precios de estos activos, sino que aumentará la actividad en cadena, los ingresos por protocolos y la actividad general del ecosistema. Es previsible que, impulsados por la liquidez, indicadores clave como el volumen de negociación y el valor total bloqueado (TVL) experimenten una fuerte recuperación.
Sin embargo, las oportunidades siempre van acompañadas de riesgos. Una Reserva Federal percibida como más dispuesta a satisfacer los deseos de la administración podría despertar serias dudas sobre la independencia del banco central. Si el mercado de bonos sospecha que la Fed ha perdido la determinación para luchar contra la inflación y esto genera una fuerte volatilidad, la incertidumbre resultante afectaría a todos los activos de riesgo, incluidos los criptoactivos. Además, una relajación excesivamente rápida podría reavivar la inflación a medio-largo plazo, forzando un brusco cambio de rumbo de la política monetaria y provocando fuertes sacudidas en el mercado. Por tanto, la era Hassett podría suponer para el mercado cripto un escenario de mayor beta (volatilidad) junto a un mayor potencial de rentabilidad.
Contexto histórico: impacto en los mercados de los relevos en la presidencia de la Fed
La historia muestra que los cambios en el liderazgo de la Reserva Federal suelen preceder grandes puntos de inflexión en los mercados financieros. Por ejemplo, la llegada de Paul Volcker en 1979 y su agresiva política de subida de tipos logró doblegar la inflación, aunque a costa de dolor a corto plazo para los mercados, sentó las bases para el crecimiento a largo plazo. El prolongado mandato de Alan Greenspan estuvo estrechamente ligado al auge y caída de la burbuja de las tecnológicas. Más recientemente, el propio Jerome Powell, al pasar de “subidas de tipos y reducción de balance” a “bajadas de tipos y expansión monetaria”, impulsó directamente el rally de los activos de riesgo desde 2023.
Estos casos históricos demuestran que la orientación política y las primeras decisiones del presidente entrante marcan el tono del mercado para los años siguientes. Para un mercado tan joven como el cripto, con poco más de una década de historia y sólo unos pocos ciclos completos de la Fed a sus espaldas, ya ha demostrado sobradamente su sensibilidad a las mareas de liquidez global. El posible cambio de liderazgo en 2026, por el profundo giro de estilo político que puede suponer, merece ser analizado y anticipado con atención por todos los participantes del mercado.
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¿Trump designará a Hassett? Si la Reserva Federal adopta una postura dovish en 2026, será un nuevo incentivo para el mercado cripto.
A medida que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insinuado en varias ocasiones que ya ha decidido el candidato para la presidencia de la Reserva Federal en 2026, el actual director del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, se perfila como el candidato “dovish” más destacado, y su orientación política está despertando una fuerte atención en el mercado cripto. Los analistas señalan que, si Hassett reemplaza al actual presidente Jerome Powell, esto supondría un giro de la Reserva Federal desde una postura de “prudente lucha contra la inflación” hacia una de “fuerte estímulo del crecimiento”, lo que podría desencadenar un ciclo de bajadas de tipos más rápido, una mayor liquidez global y un dólar más débil. La historia demuestra que estos tres factores han sido motores macroeconómicos clave para el alza de los criptoactivos, especialmente Bitcoin y Ethereum. Aunque este cambio podría ir acompañado de preocupaciones sobre la independencia del banco central, el mercado lo percibe en general como uno de los catalizadores potenciales más importantes para el mercado cripto en 2026.
Enfoque en el candidato: ¿Por qué Hassett es visto como “amigo de las criptomonedas”?
En medio de las intensas especulaciones de personal en Washington, el nombre de Kevin Hassett aparece cada vez con más frecuencia vinculado al puesto más alto de la Reserva Federal. No es una mera casualidad: las recientes insinuaciones del presidente Trump sobre que “ya ha tomado una decisión”, sumadas a la posición central de Hassett en el equipo económico de la Casa Blanca, le convierten en el principal candidato para suceder a Powell, cuyo mandato expira en mayo de 2026. Para el mercado cripto, entender la filosofía económica de Hassett es clave para anticipar la futura política monetaria.
A diferencia de Powell, quien posee una sólida experiencia en banca central y se define por un enfoque basado en datos y una fuerte independencia, Hassett es un economista típico de la “oferta”. Su carrera se ha centrado en abogar por políticas de estímulo al crecimiento, incluyendo recortes de impuestos y condiciones financieras más laxas. Este trasfondo determina su inclinación política: frente a la extrema cautela de Powell ante los riesgos inflacionarios y su enfoque pausado y meticuloso, Hassett ha declarado abiertamente que, si dirigiera la Reserva Federal, “bajaría los tipos ahora mismo”. Esta clara postura “dovish” coincide plenamente con la intención política del gobierno de Trump de relajar la política monetaria con mayor rapidez y contundencia para estimular la economía y los precios de los activos.
El mercado interpreta la posible llegada de Hassett como una señal clara: el foco de la Reserva Federal se desplazaría de la “estabilidad de precios” hacia un “crecimiento económico” mucho más marcado. Este giro implicaría, a partir de 2026, la posibilidad de un ciclo de bajadas de tipos más rápido y profundo. Para todos los activos de riesgo altamente sensibles a la liquidez, especialmente los criptoactivos, esto supone sin duda un cambio fundamentalmente positivo en el diseño de la política macroeconómica.
Comparativa de políticas: del “ancla” de Powell a la “vela” de Hassett
La mejor forma de cuantificar el posible cambio que supondría Hassett es compararlo con el actual presidente, Jerome Powell. Bajo el liderazgo de Powell, la Reserva Federal ha mantenido una imagen prudente centrada en la “estabilidad de precios a largo plazo” para afrontar la inflación en la era pospandemia. Incluso cuando los datos económicos y el mercado laboral mostraban signos de enfriamiento, Powell priorizaba asegurarse de que la inflación estuviese completamente controlada, manteniendo pasos de relajación previsibles y graduales. Este estilo de “estado estable” actúa como un “ancla” en un gran buque, aportando estabilidad en medio de las tormentas del mercado, pero también limitando la velocidad y la magnitud del rally de los precios de los activos en épocas de abundante liquidez.
Un mandato de Hassett en la Reserva Federal supondría un estilo radicalmente distinto. Su marco político se asemeja más a una “vela” hinchada por el viento, orientada a maximizar el uso de las herramientas monetarias para impulsar el crecimiento económico y el valor de los activos. Las consecuencias directas pueden observarse en tres áreas: primero, un ritmo más acelerado de bajadas de tipos. Se espera que una Fed liderada por Hassett reaccione con mayor fuerza a los datos de crecimiento y menos a los coletazos inflacionarios, adelantando y ampliando la relajación monetaria. Segundo, un dólar más débil. Las políticas expansivas más agresivas suelen traducirse en una depreciación de la moneda local, y los datos históricos muestran que los ciclos de debilidad del dólar están fuertemente correlacionados con los ciclos alcistas de activos como Bitcoin. Tercero, una expansión de la liquidez global. Como referencia para los bancos centrales de todo el mundo, una Fed acelerando la “impresión de dinero” tiende a relajar el entorno de liquidez a nivel global.
Este cambio tiene un efecto directo en la reducción de los tipos de interés reales (ajustados por inflación). Cuando la rentabilidad de mantener efectivo o bonos cae, el incentivo de los inversores para buscar activos de mayor rendimiento aumenta drásticamente. Bitcoin y Ethereum, debido a su carácter no soberano, suministro limitado y su percepción como “oro digital/petróleo digital”, suelen ser los principales beneficiados por estos flujos de capital.
Comparativa de posibles trayectorias políticas entre Hassett y Powell
Filosofía política:
Actitud ante los tipos de interés:
Potencial impacto en el mercado:
Significado para el mercado cripto:
Proyección de mercado: ¿cómo llegará la marea de liquidez al ecosistema cripto?
Si Hassett asume el cargo en 2026 y aplica su agenda dovish, ¿cómo responderá el mercado cripto? El impacto será multinivel y expansivo. Los primeros en beneficiarse serían Bitcoin y Ethereum. Como “blue chips” del mercado cripto y principales activos macro, son los más sensibles a los cambios en los tipos reales y el índice del dólar. Un entorno monetario más laxo incrementa directamente su atractivo como reserva de valor y refugio contra la inflación, y es previsible un aumento masivo en la demanda de asignación institucional a través de vehículos regulados como los ETF al contado.
En segundo lugar, las altcoins y el ecosistema DeFi también saldrían favorecidos. Cuando el coste del crédito baja y la tolerancia al riesgo aumenta, el capital no se queda únicamente en los activos líderes. Parte de los fondos en busca de mayores retornos (alfa) rotarán naturalmente hacia las finanzas descentralizadas, soluciones Layer 2 y proyectos de tokens emergentes. Esto no solo impulsará los precios de estos activos, sino que aumentará la actividad en cadena, los ingresos por protocolos y la actividad general del ecosistema. Es previsible que, impulsados por la liquidez, indicadores clave como el volumen de negociación y el valor total bloqueado (TVL) experimenten una fuerte recuperación.
Sin embargo, las oportunidades siempre van acompañadas de riesgos. Una Reserva Federal percibida como más dispuesta a satisfacer los deseos de la administración podría despertar serias dudas sobre la independencia del banco central. Si el mercado de bonos sospecha que la Fed ha perdido la determinación para luchar contra la inflación y esto genera una fuerte volatilidad, la incertidumbre resultante afectaría a todos los activos de riesgo, incluidos los criptoactivos. Además, una relajación excesivamente rápida podría reavivar la inflación a medio-largo plazo, forzando un brusco cambio de rumbo de la política monetaria y provocando fuertes sacudidas en el mercado. Por tanto, la era Hassett podría suponer para el mercado cripto un escenario de mayor beta (volatilidad) junto a un mayor potencial de rentabilidad.
Contexto histórico: impacto en los mercados de los relevos en la presidencia de la Fed
La historia muestra que los cambios en el liderazgo de la Reserva Federal suelen preceder grandes puntos de inflexión en los mercados financieros. Por ejemplo, la llegada de Paul Volcker en 1979 y su agresiva política de subida de tipos logró doblegar la inflación, aunque a costa de dolor a corto plazo para los mercados, sentó las bases para el crecimiento a largo plazo. El prolongado mandato de Alan Greenspan estuvo estrechamente ligado al auge y caída de la burbuja de las tecnológicas. Más recientemente, el propio Jerome Powell, al pasar de “subidas de tipos y reducción de balance” a “bajadas de tipos y expansión monetaria”, impulsó directamente el rally de los activos de riesgo desde 2023.
Estos casos históricos demuestran que la orientación política y las primeras decisiones del presidente entrante marcan el tono del mercado para los años siguientes. Para un mercado tan joven como el cripto, con poco más de una década de historia y sólo unos pocos ciclos completos de la Fed a sus espaldas, ya ha demostrado sobradamente su sensibilidad a las mareas de liquidez global. El posible cambio de liderazgo en 2026, por el profundo giro de estilo político que puede suponer, merece ser analizado y anticipado con atención por todos los participantes del mercado.