Red Bittensor (TAO) de IA descentralizada: la primera reducción a la mitad podría producirse el 14 de diciembre, con una caída brusca de la nueva emisión diaria de 7.200 a 3.600 tokens, es decir, un recorte del 50%. William Ogden Moore, analista de Grayscale Research, lo califica de hito de madurez de la red, comparable al momento en que Bitcoin fijó su tope duro de 21 millones de monedas.
Escasez programada por código: el punto de inflexión de los 21 millones
(Fuente: TAO)
El mecanismo de halving de Bittensor no es una decisión arbitraria del equipo, sino que fue escrito en el contrato inteligente desde el génesis. Cuando el suministro total alcance los 10,5 millones de tokens (exactamente la mitad del tope de 21 millones), la recompensa por bloque se reducirá automáticamente a la mitad, sin necesidad de intervención humana ni votación de gobernanza. Esta ejecución irreversible por código es idéntica al mecanismo de halving de Bitcoin, garantizando la previsibilidad y resistencia a la manipulación de la curva de suministro.
Desde el punto de vista económico, se trata de un impacto cuidadosamente diseñado en la oferta. Antes del halving, se añaden 7.200 TAO diarios a la circulación; mineros y validadores venden estos tokens para cubrir costes operativos, generando una presión vendedora constante. Tras el halving, la cifra cae a 3.600, lo que implica, en teoría, que la presión vendedora diaria se reduce a la mitad. Si la demanda se mantiene constante, la reducción de la oferta eleva necesariamente el precio de equilibrio: es la clásica teoría de oferta y demanda aplicada al mercado cripto.
Aún más relevante es el vacío de liquidez creado por una tasa de staking del 81%. Si el suministro total es de 10,5 millones de tokens y el 81% está bloqueado, solo quedan unos 2 millones de TAO disponibles para negociar en el mercado. Tras el halving, los 3.600 TAO diarios que se añaden tienen un impacto aún mayor en este pequeño pool de liquidez. Cualquier nueva demanda de compra puede provocar fuertes oscilaciones de precio debido a la escasez de tokens, generando una narrativa de escasez similar a la de los primeros tiempos de Bitcoin.
Tres grandes similitudes entre el halving de Bittensor y el de Bitcoin
Escasez codificada: el límite de suministro y el mecanismo de halving están escritos en el código, sin posibilidad de intervención humana
Impacto en la oferta: la nueva oferta diaria cae bruscamente, alterando el equilibrio de mercado
Ancla psicológica: el halving se convierte en foco de atención, generando expectativas de precio autorrealizables
Grayscale compara este evento con “el hito clave del tope duro de 21 millones de Bitcoin”, no solo como analogía técnica, sino también como estrategia narrativa. La historia del halving de Bitcoin demuestra que este mecanismo de escasez predefinida puede crear una narrativa de mercado poderosa, atrayendo tanto a holders a largo plazo como a inversores institucionales. Bittensor adopta la misma filosofía de diseño, intentando replicar en la IA el camino de éxito de Bitcoin.
129 subredes compitiendo por un pool de recompensas menguante
Si Bitcoin es el contenedor de valor del oro digital, Bittensor es una plataforma de incubación para IA descentralizada. En el último año, el número de subredes ha crecido explosivamente de poco más de 50 a unas 129, con una capitalización total que roza los 3.000 millones de dólares. Cada subred funciona como una red AI especializada: Chutes se centra en computación sin servidor, Ridges en agentes AI, Omega Labs en entrenamiento de modelos de machine learning, Nova en etiquetado de datos descentralizado.
El halving cambiará radicalmente las reglas del juego para estas subredes. Antes del halving, los 7.200 TAO diarios se reparten entre todas las subredes activas, premiando más a las que mejor rendimiento ofrecen. Tras el halving, el pool se reduce a 3.600 tokens, lo que significa que 129 subredes deben competir por menos recursos. Esta competencia forzará a las subredes a mejorar su utilidad real; los proyectos sin valor real serán eliminados por falta de recompensas.
Es una selección natural darwiniana. En un entorno de recompensas abundantes, muchas subredes experimentales sobreviven aunque su uso práctico sea limitado. Pero, tras el halving, solo las que resuelvan necesidades de usuarios, generen ingresos reales o posean ventajas técnicas únicas podrán seguir atrayendo validadores y desarrolladores. Este mecanismo de eliminación, aunque duro, eleva la calidad del ecosistema y orienta los incentivos del token TAO hacia la utilidad real, alejándose de la pura especulación.
La competencia entre subredes se basa en un algoritmo de consenso. Los validadores asignan peso a cada subred en función de su rendimiento y contribución, y las mejores reciben una mayor proporción de recompensas TAO. Tras el halving, esta asignación de pesos es aún más importante, ya que la reducción del pool total aumenta el valor relativo del ranking. Las 10 primeras subredes pueden mantener ingresos elevados, pero las que queden por debajo del puesto 50 pueden enfrentarse a problemas de sostenibilidad.
Los 3.000 millones de dólares de capitalización total reflejan el reconocimiento del mercado a este modelo. No es una cifra especulativa, sino basada en los servicios AI y recursos de cómputo reales que proporcionan las subredes. Con la selección natural que traerá el halving, es probable que las subredes de mayor calidad aumenten aún más su valor, mejorando la eficiencia y el enfoque de todo el ecosistema.
El capital institucional pasa de la observación a la acción
La actitud favorable de la administración Trump hacia las criptomonedas ha eliminado barreras regulatorias para la entrada institucional, y el halving de Bittensor coincide con este periodo de viento de cola. Polychain Capital y Digital Currency Group (DCG) han invertido más de 350 millones de dólares en TAO; ambas cuentan con amplia experiencia y recursos en el sector cripto. Polychain fue inversor temprano en proyectos estrella como Coinbase y Maker DAO, mientras que DCG, matriz de Grayscale, gestiona decenas de miles de millones en activos digitales.
La inversión estratégica de la empresa cotizada Oblong es aún más significativa. Las empresas tradicionales, por su transparencia financiera y responsabilidad ante accionistas, son muy cautas en sus decisiones de inversión. Que Oblong haya añadido TAO a su cartera estratégica indica que su dirección ve suficiente valor a largo plazo en Bittensor para asumir los riesgos asociados. Este respaldo de empresas tradicionales da a TAO un reconocimiento que va más allá del ecosistema cripto nativo.
El establecimiento de canales de inversión regulados es clave para la entrada de capital institucional. El ETP de TAO lanzado en Europa y los productos fiduciarios de Grayscale brindan vías legales para inversores que no pueden tener criptomonedas directamente. Bancos, aseguradoras y family offices, sujetos a fuertes restricciones regulatorias, no pueden comprar ni custodiar cripto directamente, pero sí pueden hacerlo de forma indirecta a través de ETPs o fondos fiduciarios. El lanzamiento de estos productos abre el acceso de billones de dólares tradicionales a TAO.
El interés creciente de bancos, aseguradoras y family offices confirma indirectamente la atención institucional por el halving de Bittensor. Estas entidades conservadoras rara vez se involucran en proyectos cripto de alto riesgo en etapas tempranas, pero la escasez programada de TAO, sus casos de uso real y el catalizador del halving reúnen los tres factores clave que buscan los institucionales. Se prevé que la compra pasiva potencial se materialice gradualmente tras el halving, siguiendo el patrón visto en Bitcoin, con flujos constantes de capital durante meses posteriores.
La computación como moneda: el experimento del oro digital en la era de la IA
Los grandes modelos de lenguaje (LLM) superan ya los 10 billones de parámetros, y la potencia de cálculo necesaria para entrenarlos y ejecutarlos se ha convertido en el recurso escaso de la nueva era. Tradicionalmente, el cómputo está monopolizado por proveedores centralizados (AWS, Google Cloud, Azure), con el control total sobre precios y asignación. Bittensor busca romper ese monopolio, organizando la computación ociosa global a través de una red descentralizada, con el token TAO como medio de intercambio de valor.
El mecanismo de halving vincula profundamente la computación con la naturaleza monetaria. Antes del halving, la inflación de TAO es relativamente alta, lo que incentiva la participación temprana y la expansión de la red. Tras el halving, la inflación se reduce a la mitad y TAO entra en un ciclo deflacionario de largo plazo, pasando de ser un “token de crecimiento” a un “activo de reserva de valor”. Esta transición es muy similar a la evolución de Bitcoin: alta inflación inicial para atraer mineros y construir la red, y progresivo paso a narrativa de reserva de valor con los sucesivos halvings.
La escasez de TAO se ve como “oro computacional”. La escasez de Bitcoin es un diseño matemático puro, sin utilidad subyacente. Pero en TAO, la escasez está respaldada por recursos reales de computación AI: cada TAO representa, teóricamente, un derecho sobre la potencia de cálculo de la red Bittensor. Esta combinación de “escasez + utilidad” puede ser más convincente que la simple escasez. Cuando las empresas necesiten entrenar modelos AI, deberán poseer o pagar TAO para acceder a la red, generando así demanda real del token.
El halving reduce la inflación del token y simboliza una validación práctica del concepto de tokenizar el machine learning. Para los inversores, Bittensor ofrece una apuesta a largo plazo sobre la premisa “la computación es moneda”. Tras el 14 de diciembre, con la velocidad de dilución de tokens reducida a la mitad, el mercado pondrá a prueba con dinero real si la IA descentralizada puede, como Bitcoin, hacer que escasez y utilidad se potencien mutuamente.
El bloque del halving aún está por llegar, pero el efecto psicológico de la cuenta atrás ya se deja sentir. Independientemente de la volatilidad del mercado, este momento deja claras al menos dos cosas: la computación AI se convierte en un activo negociable y configurable, y Bittensor elige escribir su historia con un mecanismo de escasez inspirado en Bitcoin. Cuando la compuerta de la oferta está a punto de cerrarse, la siguiente página de la IA descentralizada podría empezar justo después del halving.
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¡Cuenta regresiva para el halving de Bittensor! La producción diaria de TAO se reduce un 81%, protagonizando una versión de Bitcoin impulsada por IA.
Red Bittensor (TAO) de IA descentralizada: la primera reducción a la mitad podría producirse el 14 de diciembre, con una caída brusca de la nueva emisión diaria de 7.200 a 3.600 tokens, es decir, un recorte del 50%. William Ogden Moore, analista de Grayscale Research, lo califica de hito de madurez de la red, comparable al momento en que Bitcoin fijó su tope duro de 21 millones de monedas.
Escasez programada por código: el punto de inflexión de los 21 millones
(Fuente: TAO)
El mecanismo de halving de Bittensor no es una decisión arbitraria del equipo, sino que fue escrito en el contrato inteligente desde el génesis. Cuando el suministro total alcance los 10,5 millones de tokens (exactamente la mitad del tope de 21 millones), la recompensa por bloque se reducirá automáticamente a la mitad, sin necesidad de intervención humana ni votación de gobernanza. Esta ejecución irreversible por código es idéntica al mecanismo de halving de Bitcoin, garantizando la previsibilidad y resistencia a la manipulación de la curva de suministro.
Desde el punto de vista económico, se trata de un impacto cuidadosamente diseñado en la oferta. Antes del halving, se añaden 7.200 TAO diarios a la circulación; mineros y validadores venden estos tokens para cubrir costes operativos, generando una presión vendedora constante. Tras el halving, la cifra cae a 3.600, lo que implica, en teoría, que la presión vendedora diaria se reduce a la mitad. Si la demanda se mantiene constante, la reducción de la oferta eleva necesariamente el precio de equilibrio: es la clásica teoría de oferta y demanda aplicada al mercado cripto.
Aún más relevante es el vacío de liquidez creado por una tasa de staking del 81%. Si el suministro total es de 10,5 millones de tokens y el 81% está bloqueado, solo quedan unos 2 millones de TAO disponibles para negociar en el mercado. Tras el halving, los 3.600 TAO diarios que se añaden tienen un impacto aún mayor en este pequeño pool de liquidez. Cualquier nueva demanda de compra puede provocar fuertes oscilaciones de precio debido a la escasez de tokens, generando una narrativa de escasez similar a la de los primeros tiempos de Bitcoin.
Tres grandes similitudes entre el halving de Bittensor y el de Bitcoin
Escasez codificada: el límite de suministro y el mecanismo de halving están escritos en el código, sin posibilidad de intervención humana
Impacto en la oferta: la nueva oferta diaria cae bruscamente, alterando el equilibrio de mercado
Ancla psicológica: el halving se convierte en foco de atención, generando expectativas de precio autorrealizables
Grayscale compara este evento con “el hito clave del tope duro de 21 millones de Bitcoin”, no solo como analogía técnica, sino también como estrategia narrativa. La historia del halving de Bitcoin demuestra que este mecanismo de escasez predefinida puede crear una narrativa de mercado poderosa, atrayendo tanto a holders a largo plazo como a inversores institucionales. Bittensor adopta la misma filosofía de diseño, intentando replicar en la IA el camino de éxito de Bitcoin.
129 subredes compitiendo por un pool de recompensas menguante
Si Bitcoin es el contenedor de valor del oro digital, Bittensor es una plataforma de incubación para IA descentralizada. En el último año, el número de subredes ha crecido explosivamente de poco más de 50 a unas 129, con una capitalización total que roza los 3.000 millones de dólares. Cada subred funciona como una red AI especializada: Chutes se centra en computación sin servidor, Ridges en agentes AI, Omega Labs en entrenamiento de modelos de machine learning, Nova en etiquetado de datos descentralizado.
El halving cambiará radicalmente las reglas del juego para estas subredes. Antes del halving, los 7.200 TAO diarios se reparten entre todas las subredes activas, premiando más a las que mejor rendimiento ofrecen. Tras el halving, el pool se reduce a 3.600 tokens, lo que significa que 129 subredes deben competir por menos recursos. Esta competencia forzará a las subredes a mejorar su utilidad real; los proyectos sin valor real serán eliminados por falta de recompensas.
Es una selección natural darwiniana. En un entorno de recompensas abundantes, muchas subredes experimentales sobreviven aunque su uso práctico sea limitado. Pero, tras el halving, solo las que resuelvan necesidades de usuarios, generen ingresos reales o posean ventajas técnicas únicas podrán seguir atrayendo validadores y desarrolladores. Este mecanismo de eliminación, aunque duro, eleva la calidad del ecosistema y orienta los incentivos del token TAO hacia la utilidad real, alejándose de la pura especulación.
La competencia entre subredes se basa en un algoritmo de consenso. Los validadores asignan peso a cada subred en función de su rendimiento y contribución, y las mejores reciben una mayor proporción de recompensas TAO. Tras el halving, esta asignación de pesos es aún más importante, ya que la reducción del pool total aumenta el valor relativo del ranking. Las 10 primeras subredes pueden mantener ingresos elevados, pero las que queden por debajo del puesto 50 pueden enfrentarse a problemas de sostenibilidad.
Los 3.000 millones de dólares de capitalización total reflejan el reconocimiento del mercado a este modelo. No es una cifra especulativa, sino basada en los servicios AI y recursos de cómputo reales que proporcionan las subredes. Con la selección natural que traerá el halving, es probable que las subredes de mayor calidad aumenten aún más su valor, mejorando la eficiencia y el enfoque de todo el ecosistema.
El capital institucional pasa de la observación a la acción
La actitud favorable de la administración Trump hacia las criptomonedas ha eliminado barreras regulatorias para la entrada institucional, y el halving de Bittensor coincide con este periodo de viento de cola. Polychain Capital y Digital Currency Group (DCG) han invertido más de 350 millones de dólares en TAO; ambas cuentan con amplia experiencia y recursos en el sector cripto. Polychain fue inversor temprano en proyectos estrella como Coinbase y Maker DAO, mientras que DCG, matriz de Grayscale, gestiona decenas de miles de millones en activos digitales.
La inversión estratégica de la empresa cotizada Oblong es aún más significativa. Las empresas tradicionales, por su transparencia financiera y responsabilidad ante accionistas, son muy cautas en sus decisiones de inversión. Que Oblong haya añadido TAO a su cartera estratégica indica que su dirección ve suficiente valor a largo plazo en Bittensor para asumir los riesgos asociados. Este respaldo de empresas tradicionales da a TAO un reconocimiento que va más allá del ecosistema cripto nativo.
El establecimiento de canales de inversión regulados es clave para la entrada de capital institucional. El ETP de TAO lanzado en Europa y los productos fiduciarios de Grayscale brindan vías legales para inversores que no pueden tener criptomonedas directamente. Bancos, aseguradoras y family offices, sujetos a fuertes restricciones regulatorias, no pueden comprar ni custodiar cripto directamente, pero sí pueden hacerlo de forma indirecta a través de ETPs o fondos fiduciarios. El lanzamiento de estos productos abre el acceso de billones de dólares tradicionales a TAO.
El interés creciente de bancos, aseguradoras y family offices confirma indirectamente la atención institucional por el halving de Bittensor. Estas entidades conservadoras rara vez se involucran en proyectos cripto de alto riesgo en etapas tempranas, pero la escasez programada de TAO, sus casos de uso real y el catalizador del halving reúnen los tres factores clave que buscan los institucionales. Se prevé que la compra pasiva potencial se materialice gradualmente tras el halving, siguiendo el patrón visto en Bitcoin, con flujos constantes de capital durante meses posteriores.
La computación como moneda: el experimento del oro digital en la era de la IA
Los grandes modelos de lenguaje (LLM) superan ya los 10 billones de parámetros, y la potencia de cálculo necesaria para entrenarlos y ejecutarlos se ha convertido en el recurso escaso de la nueva era. Tradicionalmente, el cómputo está monopolizado por proveedores centralizados (AWS, Google Cloud, Azure), con el control total sobre precios y asignación. Bittensor busca romper ese monopolio, organizando la computación ociosa global a través de una red descentralizada, con el token TAO como medio de intercambio de valor.
El mecanismo de halving vincula profundamente la computación con la naturaleza monetaria. Antes del halving, la inflación de TAO es relativamente alta, lo que incentiva la participación temprana y la expansión de la red. Tras el halving, la inflación se reduce a la mitad y TAO entra en un ciclo deflacionario de largo plazo, pasando de ser un “token de crecimiento” a un “activo de reserva de valor”. Esta transición es muy similar a la evolución de Bitcoin: alta inflación inicial para atraer mineros y construir la red, y progresivo paso a narrativa de reserva de valor con los sucesivos halvings.
La escasez de TAO se ve como “oro computacional”. La escasez de Bitcoin es un diseño matemático puro, sin utilidad subyacente. Pero en TAO, la escasez está respaldada por recursos reales de computación AI: cada TAO representa, teóricamente, un derecho sobre la potencia de cálculo de la red Bittensor. Esta combinación de “escasez + utilidad” puede ser más convincente que la simple escasez. Cuando las empresas necesiten entrenar modelos AI, deberán poseer o pagar TAO para acceder a la red, generando así demanda real del token.
El halving reduce la inflación del token y simboliza una validación práctica del concepto de tokenizar el machine learning. Para los inversores, Bittensor ofrece una apuesta a largo plazo sobre la premisa “la computación es moneda”. Tras el 14 de diciembre, con la velocidad de dilución de tokens reducida a la mitad, el mercado pondrá a prueba con dinero real si la IA descentralizada puede, como Bitcoin, hacer que escasez y utilidad se potencien mutuamente.
El bloque del halving aún está por llegar, pero el efecto psicológico de la cuenta atrás ya se deja sentir. Independientemente de la volatilidad del mercado, este momento deja claras al menos dos cosas: la computación AI se convierte en un activo negociable y configurable, y Bittensor elige escribir su historia con un mecanismo de escasez inspirado en Bitcoin. Cuando la compuerta de la oferta está a punto de cerrarse, la siguiente página de la IA descentralizada podría empezar justo después del halving.