Los chicos malos no se están quedando al margen en esta ocasión. Mientras todos estamos emocionados por los avances en inteligencia artificial, los actores de amenazas están armando las mismas herramientas. ¿Contratos inteligentes? Están usando IA para encontrar exploits más rápido. ¿Ingeniería social? El phishing generado por IA se ha vuelto más aterrador. La carrera armamentista ya no se trata solo de quién construye mejor la tecnología, sino de quién la despliega primero. La seguridad no es opcional cuando ambos lados tienen acceso al mismo poder de fuego.